Nunca es tarde si la dicha es buena. El anuncio que Cisco hizo el lunes ha sido el último de una serie de intentos de los proveedores clásicos de sistemas TI para socavar el dominio que AWS (Amazon Web Services) ha instaurado sobre los servicios cloud. Se ha dicho que es tarde, pero ¿acaso podía quedarse al margen? Porque, si fuera tarde para Cisco también lo sería para IBM, Microsoft, HP, etc, qie han descubierto – sí, tarde – que la filial de Amazon ha debilitado sus ventas de hardware para centros de datos y de software empresarial.
Amazon se habría apoderado de casi la mitad del mercado SaaS y en poco tiempo se ha puesto casi a la altura de Salesforce en el PaaS. Al comiento y durante demasiado tiempo, no se le dio importancia, porque su clientela estaba formada por empresas web y desarrolladores que arrendaba capacidad en su infraestructura. Las cosas han cambiado desde que algunas grandes corporaciones han sido seducidas por el canto de sirena de AWS. Un analista financiero ha estimado que cada dólar que esas compañías pagan a AWS, sustituye entre tres y cuatro dólares que antes gastaban en TI convencional.
Quizás esa cifra sea exagerada, pero para una compañía como Cisco, que ingresa 49.000 millones de dólares anuales, puede dar una medida del peligro. Sus ingresos han bajado un 3% en el primer semestre del actual año fiscal, y se anticipa que las ventas seguirán bajas en el trimestre que acaba la semana que viene.
Rob Lloyd, presidente de desarrollo y ventas de Cisco, reconoce que: «hoy todo el mundo ha compendido que el cloud es un vehículo para optimizar la economía de las empresas». En otras palabras, hay que estar ahí. Pero Lloyd advierte que su estrategia no consiste en embestir contra Amazon. En lugar de ello, se propone prestar servicios híbridos abriendo la puerta a desarrollar infraestructuras comunes con partners mediante una «nube de nubes»- de inicio, el operador australiano Telstra y el gran distribuidor Ingram Micro, entre otros menos conocidos – con los que espera alcanzar una escala global que no podría desarrollar con sus propias fuerzas.
No es muy distinto al planteamiento de nube que hace VMware, cuya propuesta de Hybrid Cloud se materializa a través de partners, no de una infraestructura propia. Y presentaría la ventaja de sortear las legislaciones que obligan a que los procesos cloud se hagan en el territorio de cada país. El hecho de que Cisco lo anunciara en coincidencia con el quinto aniversario de su UCS parece indicar que espera recoger frutos – no me atrevería a decir secundarios – en ventas de sus servidores y sistemas de networking.
Desde el momento en que se corrió la voz, empezaron los rumores acerca de la presunta intención de adquirir alguna compañía que aporte algo a su estrategia, tal como hizo IBM con SoftLayer el año pasado. No es que a John Chambers le tiemble el pulso para firmar cheques (él mismo se encarga de recordar que ha comprado 168 empresas) y en la tesorería de Cisco cuenta con 46.000 millones de dólares disponibles.